Una mujer que ha sabido ver la cara amable de la vida, aunque no siempre la esté mostrando” así definen a María Molero Ruiz, quienes la rodean, y “en cien años da tiempo a mucho. A vivir una guerra, a pasar hambre, a casarse, criar hijos, nietos…e incluso estar confinada por una pandemia”,  asegura nuestra protagonista de hoy.

María Molero, nació un 21 de agosto en Ágreda, en el seno de una familia labradora y feligresa de la Parroquia de San Miguel.
Es la mayor de siete hermanos y dedicó su infancia y juventud a ayudar en las tareas del campo y del hogar.
Se casó con 22 años de edad se con Tomás Sevillano Alonso, con quien
tuvo dos hijos, Juan José y Mª Felipa, casados con Pilar y José Antonio, fruto de los cuales es abuela de cuatro nietas y siete bisnietos.

Hasta los 98 años estuvo al cuidado de su hermano pequeño, quien convivió con ella 53 años.

Como muchas familias de Ágreda fue testigo de la guerra civil española y la posguerra, y de cambios tan importantes como el suministro de agua corriente y luz eléctrica en las casas.
Desde la residencia aseguran, que siempre recuerda con total nitidez, “el gran invento que es la lavadora, recordando lo frías que se quedaba sus manos cada vez que iba al río a lavar la ropa.

María no podrá pasar su cumpleaños con sus seres queridos, pero la Diputación provincial ha querido homenajear sus recién cumplidos 100 años de vida junto a todos sus compañeros con los que convive cada día, “he estado muy bien rodeada y acompañada”, agradece la centenaria.

Siempre cerca de su familia, amigos y vecinos ha sido fiel a su lema,
“haz el bien al que te rodea y nunca estarás solo”.
Este es su carácter abierto, paciente y comprensivo. Carácter que le ha ayudado a adaptarse a los nuevos tiempos a pesar de su edad, aportando la sabiduría de la experiencia y la calma y el sosiego que sólo los años puedan dar, “es el secreto de los cien años”, detalla María.

Ahora, con cien años, y a pesar de la pandemia del coronavirus, está muy bien atendida y acompañada en la residencia Virgen de los Milagros de Ágreda. Muchas felicidades, María.